domingo, agosto 14, 2005

La nostaligia de los ideales

Como joven que todavía soy (veintiseis años que a veces me atacan como 70 y otras veces me acarician como de 15), siento una especial nostalgia por no haber nacido y vivido en una época donde uno se erige alrededor de un pensamiento. No caigo en generalizaciones, pero en el Perú, hoy por hoy, los jóvenes en su mayoría aplastante carecen de ideología.

Qué envidia de los hoy cuarentones, cincuentones y sesentones, pues rememoran luchas, batallas, peleas, en fin... un sinnúmero de líneas que marcaron su vida, su caminar, su manera de ver las cosas, y de creer en ellas.

Reconozco que hasta yo mismo, hasta no hace muchos años, estuve perdido entre la generación x y la @. Cada uno encuentra su camino, hacia esa pena de verse ausente de la patria o de los deudos (nostalgia). Hoy estoy cada vez más cerca del reencuentro afable.

He encontrado dos muy buenas películas que reflejan el choque entre las generaciones de la antigua izquierda y la de sus hijos, llevando estos últimos como buque de batalla a la informática o las finanzas. "Invasiones bárbaras y "Lugares comunes", una canadiense y otra argentina, retratan perfectamente este choque de civilizaciones. Quizás ese sea el verdadero choque.

Para no caer en la locura

Rosa Montero, periodista y escritora española, dice que una de las principales razones de ser (o del ser de) los escritores se trata de evitar caer en la locura, de perderse infinitamente en el lado donde la realidad ya no existe, y el mundo paralelo se adueña de la cotidianeidad al punto de creer que los faltos de razón son el resto del mundo.

Pues eso es lo que voy a evitar -o mejor dicho, empiezo a evitar- dado que mis dosis de litio (pastillas de cordura verbales) son cada vez más efectivas.

Estoy en una segunda vida.