domingo, noviembre 02, 2008

Pinta fuera de la línea

Pinta fuera de la línea,

Toca el timbre y corre,

pisa el césped,

no te amarres los zapatos,

 

Estaciónate mal,

no te bañes hoy,

no tomes la sopa,

cómete un moco,

 

Ríe sin razón,

ríete de un calvo,

sala tu comida,

grita sin razón,

 

Baila en la calle,

baila como loco,

baila sin ropa,

baila sin pensar en los demás,

 

Canta mal la letra de una canción,

ríete como loco cuando nadie habla,

sírvete hasta derramar el vaso,

anda al trabajo sin peinarte,

 

Vístete sin preocuparte por la combinación,

escribe un poema en tu mano,

guíñale un ojo a la chica de la bodega,

vive más tu vida.

lunes, setiembre 15, 2008

Orden del día



...y cuando vuelvas al trabajo, cuando veas al portero
salúdalo aunque viajes en asiento delantero.


Orden del día
(Frank Delgado)


La vida es como un segundo de un gran acontecimiento
y debes tener bien claro sus fundamentos.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
y aquel que no se la sabe la tararea.
Como dice el guayabero filósofo popular
la vida es un pasaje de ida del tren a la eternidad.
La vida es como un pasaje de una canción que marea
y aquel que no se la sabe la tararea.

El primer paso que tú debes dar cuando es de día
es con el pie derecho como la gran profecía.
Abona tu pasaje y hazle un guiño a una novicia.
Y aunque te digan loco, sonríete sin malicia.
Hazle un piropo a la muchacha de la esquina
y cuando vuelvas al trabajo, cuando veas al portero
salúdalo aunque viajes en asiento delantero.
Y a la viejita conserje pregúntale por sus flores
cómo amaneció su espalda, cómo andan sus dolores.

A tus vecinos todos, si la vida los deprime
coméntales de música o convídalos al cine.
Moléstate a su tiempo con la suciedad de un baño.
Y a reirse de un calvo y es un día, no hace daño.
Y vuelve a casa a inventarte un cumpleaños.
Y si la noche lo permite y también la naturaleza
paséate por la calle y con manía de grandeza.
Y si hay gente inoportuna, convérsala con paciencia
y duérmete como un tronco, sin tener mal de conciencia, porque

La vida es como un segundo, de un gran acontecimiento
y debes tener bien claro sus fundamentos.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
y aquel que no se la sabe la tararea.
Pero querer volar con alas anchas, mi hermano, es una ambición fatal
y cuando menos lo imaginas, te cae el golpe fenomenal.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
y aquel que no se la sabe la tararea.

Lo dijo Pedro Navaja cuando se notó la herida:
la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
y aquel que no se la sabe la tararea.

Por la mala maña de no razonar
hay mucha gente que no comprende la regla del juego
y son los que van detrás.

La vida es como un segundo, de un gran acontecimiento
y debes tener bien claro sus fundamentos.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
Y aquel que no se la sabe la tararea.

domingo, setiembre 07, 2008

Cuando siento la realeza en tu puta nariz respingada veo que las cosas no han cambiado desde Colón, que los indios y la Santa Inquisición están bien representados por los pobres de hoy y la Iglesia católica que se sienta sobre ellos.

Cuando escucho argumentar que hay muertes que valen la pena en la lucha contra el terror, recuerdo que la Santa Inquisición sigue estando bien representada en cada uno de los políticos que vemos por la televisión.

Cuando leo que los gobernantes de hoy no quieren reconocer, recordar ni pedir perdón a las víctimas inocentes de la lucha contra el terror cuyo único error fue no ser blancos, no vestirse como blancos y no hablar como blancos, veo en carne propia la segregación del nacional socialismo alemán.

Cuando recuerdo que los ministros ningunean a sus compatriotas por el color de su sangre tildándolos de ignorantes, entiendo el casi histórico resentimiento del campesinado.

Cuando me entero que las empresas de hoy buscan el lucro con sangre ajena y sin ánimo de compartir el lucro, recuerdo que la esclavitud sigue siendo una forma de amasar fortuna en lo legal.

En esos momentos, agradezco a Dios, quien no existe, que todavía haya hombres y mujeres con doctorados en indignación que luchan por desterrar las injusticias que la mayoría no ve, que relegan el dinero por el bienestar del otro y que ven en el futuro otro mundo posible.

jueves, julio 31, 2008

Angustia

Hoy me apresó la angustia de que algún día partas. La angustia de no tenerte alguna tarde a mi lado, apretando mi mano y mirando el sol bajar entre los edificios. La angustia de perder el reflejo del sol en tus ojos y de no volver a probar el sabor de tu piel. Es una angustia rara. Es casi la sensación del improbable naufragio, del irreal choque, del irrealizable premio de lotería. Es la melancolía de un objeto que no se ha sido. Quizá sólo sea el momento de soledad que me embarga. Quizás sean las malas notificas de amigos de nuestro alrededor. Quizá sean las ganas de reflotar todo barco que aún no se ha hundido. Quizás sean solo las ganas de estar a tu lado.

jueves, junio 26, 2008

Deuda maldita

Una deuda maldita le jala el cabello a Rosalía cada noche en la cama de un hotel barato mientras, entre carnes trémulas, finge un orgasmo contemplando los minutos restantes de su alquilado cuerpo. En su mente planifica sus pasos siguientes, tan inútiles como el acto tan desprotegido de abrir sus piernas a hombres desconocidos. Piensa en el hueco de su chompa y en lo ajado que está su vestido. Recuerda que la ruta 39 ya no pasa a las 11 de la noche y que se verá obligada a caminar varias cuadras más hasta alcanzar el bus que la lleva a su destino. Sabe, ahora, que pasará por aquella pared larga despintada por la lluvia del invierno lacerante de la ciudad que le recuerda la tormentosa relación con su alcohólico padre. Sabe, sin embargo, que al final de esa larga pared se encontrará con el amable Rodrigo, esperándola mientras pasea al perro, hombre con el que cada noche se acuesta reanudando la supuesta normal relación de pareja, soñando salir del hueco en el que otro hombre la puso. "Mañana", Rosalía se prometió, "soy otra".

domingo, junio 15, 2008

Adulterando los sentidos

Lleno el vacío sepulcral con la esperanza color de tus ojos,
empujo la idea de muerte presentándole tus ganar de vivir,
engaño al cruel destino con la ayuda de tu sonrisa matinal,
traiciono al temor lacerante haciendo mía tu ideología,
esquivo el pecado original con la astucia de las curvas de tu cuerpo,
miento a los últimos minutos de la noche jugando a ser tu poeta.

martes, enero 22, 2008

Para hacerlo...

Para olvidar tengo una cama cubierta de un cubrecama azul capaz de adormitar al buey más fuerte y relajar el dolor.

Para gritar tengo la indignación del día a día, de los homicidas de hombres, ideas e ideales, tan venidos a menos últimamente.

Para cantar tengo letras y música que me recuerdan lo que debo ser en los momentos en que no soy.

Para la soledad tengo un pedazo de tierra en mis cuatro paredes que me cobijan como la mejor madre del planeta, como la mía.

Para correr tengo el largo camino de mis ancestros, luchadores de sudor y puño que marcaron silenciosamente la historia más linda de la humanidad, es decir, la hecha por el hombre común.

Para la esperanza tengo la sonrisa de mi hermano, tierna como seria y dedicada, astuta e inteligente.

Para amar tengo tu cuerpo cubierto de serenidad en largos recorridos sinuosos que dan la vuelta al mundo como a tu espalda.

Para soñar tengo el tiempo que aún no he vivido y que cada día me sobra a borbotones mientas más hago y menos sueño.

Para la tristeza tengo la alegría de olvidar para luego gritar y cantar en la soledad del camino por correr con la esperanza de amar y soñar.

lunes, enero 07, 2008

Sexo, situaciones y frases incómodas

1. Subiéndote los pantalones/falda en la sala de la casa de los padres de tu enamorada/o luego de ser ampayado in fraganti: “esteeee…ya me iba, no se preocupe señor”.

2. Intento de conversación luego del sexo con una total desconocida: “esteeee…y cómo te llamabas?”.

3. Intento de conversación luego de una primera relación sexual con alguien del mismo sexo: “...el alcohol puede ser muy traicionero, ¿no? ¡¿NO?!”.

4. Al terminar el sexo y sacarse el preservativo con, digamos, algunos agujeros de más: “¿Qué no vienen con hueco en ambos lados?"

5. Inmediatamente luego del sexo cuantificable en segundos que llegan apenas a un dígito: "Me hubieras dado un segundo más y siquiera me daba tiempo para darme cuenta que habíamos iniciado".

6. Luego de un repentino ataque de flacidez a la erección: “esteee…-grillos de fondo-…es la primera vez que me pasa, te lo juro”.

7. Luego que el hombre le pide a la mujer que le haga el amor y él posicionarse de espaldas a ella: “…(música de grillos, distintos a los del punto anterior)”.

8. Una vez que ella ha visto la diminuta tarjeta de presentación del hombre: “Uy, me hubieras dicho que acá se servía poco, así podía almorzar antes de verte”.

ACLARACIÓN: El autor de este post no ha estado en ninguna de las situaciones anteriores. ¿Qué? De veras. !No! ¿por qué piensas eso? ¿Aunque sea alguna de ellas?...Bueno, una alguna vez. ¿Cómo? ¿Que seguro fueron como 5? No, 4 no más!

sábado, enero 05, 2008

Al fondo del corredor, donde la luz se quiebra

Silvia lucía un tanto desengañada de sí misma quizá. Esa fue la impresión que me dejaron cinco minutos a su lado. Una chica joven con futuros deleites por delante capaces de marcar hitos en su familia pero, a la vez, opacada por el paso de los años, de sus años, sería mejor decirlo. Años en los que desde quinceañera soñaba con el típico y casi anacrónico vestido blanco en una iglesia de techo alto. En su familia es tradición que la primogénita se case con el vestido de la madre, tradición que se amarra (pues no hay otra palabra para calificar este hecho en las últimas dos generaciones) con un matrimonio temprano, casi juvenil, que no debe pasar de los 17 años (eso va para todas las hijas).

Hace 9 años, Silvia comparte su vida con un hombre para ella especial. Comparte. Un verbo algo injusto para el sacrificio que ella hace de su vida. Silvia aprendió por naturaleza (que viene de la forma en que fue criada y no realmente de la naturaleza) que la felicidad tiene forma de esos genios de lámpara del oriente. La felicidad de una mujer, bajo el concepto y el escaso espacio mental que ofrecía la crianza femenina en su familia, es ver cumplidos los deseos de la pareja en cada segundo, en cada decisión, en cada movimiento, en cada acción, en cada estúpida palabra.

Hace una hora que observo a Silvia y veo que el desencanto en sí misma debe haber crecido tanto a lo largo de estos años hasta el punto que un nombre le debería haber puesto. Se ha mimetizado y exteriorizado en su cuerpo. Una mirada casi perdida y oblicua hacia el piso es una constante en sus momentos de silencio. Dedos que se enredan y desenredan unos a los otros. Uñas que al toparse unas con otras en forma nerviosa (tic que repite hasta en los momentos de calma total) emiten clics frenéticos de un ratón de computadora operado por un adolescente impío en uno de esos juegos llenos de violencia.

Silvia ya no aguanta el escozor de ser la primogénita soltera que viene rompiendo por 12 años consecutivos la tonta tradición de su familia. En el décimo aniversario de esa cábala muerta (lo que equivale al séptimo de su actual y, valga anotar, única relación) Silvia le entregó 12 papeles a Javier cada uno declarando (unos en tinta azul y otros en negra), además de su cruel desespero, que la tranquilidad para el resto de su vida se traduce en anillos de compromiso que van de 300 dólares (felicidad instantánea) hasta unos 2.500 unidades de billetes del tío Sam (felicidad ilusoria).

Hoy día Silvia no entiende que Javier no piensa en futuro, como casi todos los hombres. Silvia no entiende que tiene la capacidad de ser alguien mejor estando con alguien mejor. Esa puta resignación le ha impuesto un techo de felicidad muy bajo y amargo en tono de tradición familiar que ella, lamentablemente, trasladará en forma de venganza hacia sus hijas y, sin darse cuenta, hacia las siguientes generaciones.