martes, febrero 08, 2011

Marchas

Antes que me quieras como yo te quiero ti,
cruzo la pista que jamás te ayudé a cruzar,
para entrar al café de lujo del que nos reíamos,
y ahí, jalarle la silla a la mujer que ya no eres tú.

La guerra fría que iniciaste es ahora un hospital de rehabilitación,
huesos fracturados que ahora son callos donde otra se apoya,
con un aliento que ya no es de cerveza sino de cereza en expiración
que lucha contra el viento que te peinaba y ahora me empuja,

que me empuja, hacia adelante… cuando marcho para atrás.