martes, julio 17, 2007

La distancia


El aire que nos rodea huele a distancia que no se deja ver
desde que un segundo demora tu voz en llegar a mis oídos.
Doy cuenta que regresar al hogar cambia de orden a caos
si la seguridad de tenerte en la misma ciudad desaparece,
sobre todo si debo conformarme con el sonido de tu aliento
y añorar su gusto sobre mis labios húmedos.

Cierto es que la imagen de la noche mutó hoy sus colores.
La luna se dice triste y se miente toda la noche tras una nube,
las estrellas echan de menos reflejar con brillo en tus pupilas,
el aire pierde su orientación y deambula al no tenerte de vela,
y yo, aquí, jugando a decir lo que siento en formas que no te merecen.

Me aferro a la pena nostálgica de Víctor Hugo
y la transformo en la razón y esperanza de la espera:
je respire oú tu palpites...

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