Tenía ganas de empezar este post de una forma muy triste pues la distancia que nos separa invita a hacerlo. Para buscar esa inspiración de la nostalgia decidí escuchar música. Desde que antes de viajar no lo había hecho pues sé que cada nota, cada sonido, cada letra tiene tu nombre. Es, pues, una muerte anunciada.
Prendí el ipod y la primera canción que apareció fue “we can work it out” de los Beatles. Su fuerza, ganas y coraje me llenaron el vacío que has dejado temporalmente con sinfonías que cantan a mi espíritu tal como si yo te estuviera cantando a ti.
Dejo este post, ahí, en la punta del corazón y la esperanza.
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